miércoles, 12 de mayo de 2010

Días...

Viernes 07
Cuando logré colocarte el bozal, echaste tu cabecita en el suelo como diciendo “me rindo”, el veterinario te pudo cargar y subir a su camioneta, llegamos al consultorio y tuvimos que esperar mientras alistaban al perro del que iban a donar la sangre, era un Bóxer musculoso, fuerte y mansito, comenzaron a sacarle sangre sin necesidad de ponerle bozal bastaba con que alguien lo sostuviera. Te veía encerrado, asustado detrás de la camioneta, me quedé contigo ahí mientras con tu pata intentabas sacarte esa cosa de tu carita. El tiempo corría y tenía que dar dos exámenes en la universidad, que horrible día; por fin llegó tu turno, estabas inquieto en la camilla tuvieron que sostenerte incluso con el bozal puesto pero luego comenzaste a calmarte hasta que pudieron comenzar la transfusión de sangre. Tuve que irme y te quedaste con mi mamá, di los dos exámenes que definitivamente salí mal y volví a la veterinaria a buscarlos pero ya no estaban, el encargado me dijo que acababan de irse hace 10 minutos, regresé a la casa y me recibiste con unos ojitos alegres ¡te habías levantado! ¡Era increíble! No habías hecho eso hace mucho tiempo atrás, era sorprendente; mi mamá me dijo que habías cenado como nunca mucho más que otros días.

Sábado 08
Desayunaste, almorzaste, cenaste, hasta lonchecito tomaste; jugaste conmigo, te subiste al mueble para morderme mientras hablaba por teléfono, asustaste al cartero cuando bajaba de su bicicleta y tú moviendo la cola me acerqué a ti y te di besos en tu cabecita, casi vuelves a destrozar un recibo pasado por debajo de la puerta, ladraste, aullaste, ¡hasta hablaste! Nos dijiste AaAaGuUuUuUuUaaa ¡Dios, hace cuánto tiempo no lo habías hecho! te interpusiste entre mi madre y yo para que te hiciéramos cariño sólo a ti, pusiste tu hociquito sobre mi pierna mientras escribía en la computadora y luego acariciaba tu cabecita, corriste cuando te sacamos a pasear luego te sentaste y te quedaste mirando el cielo ¿las estrellas quizás?, salimos al cine y cuando regresamos nos dimos cuenta que un pájaro había entrado a la sala y tú estabas esperando el momento que deje de volar para “jugar con él” felizmente pude cogerlo antes que tú y lo salvé de tus fauces me miraste por la ventana mientras dejaba al pajarito libre; mi Baltinho… habías regresado después de tanto tiempo casi ausente.

Domingo 09
Día de la Madre, pues ella estaba más que feliz contigo contento, todos estábamos felices de que hayas regresado, aunque yo estuve un poco mal del estómago y de la cabeza, una avispa me picó y bueno no fue un gran día para mí, pero sí lo fue para ti mi cosita bella y eso era más que suficiente, llegó la noche mi madre ya estaba echada en su cama y me pregunto: ¿Liss, has visto el pecho de Balto? Lo noto un poco hinchado. Te miré, estabas echadito pero me pareció que estabas respirando normal y no noté mayor hinchazón.

Lunes 10
No comiste absolutamente nada, sólo querías tomar agua, parabas echado en el suelo sólo nos seguías con la mirada, el corazón se nos partía. Mi mamá llamaba al veterinario insistentemente pero él no contestaba sólo uno de los encargados, dijo que iría a la casa a verte, nunca llegó. Tu tórax se había hinchado, te levantabas lentamente y yo te llamaba para hacerte cariño pero no venías, sólo ibas a tomar agua y luego volvías a echarte.

Martes 11
Tu pecho y tu estómago estaban totalmente hinchados, no habías orinado en ningún lado, pasaban los segundos, pasaban los minutos, las horribles horas, seguíamos insistiendo al veterinario, nunca más regresó; tu respiración empeoraba era totalmente dificultosa, te mirábamos y nos gritábamos entre mi mamá y yo, vi tu lengüita fuera de lugar y mi madre vio tu mirada ya casi perdida, ¿cómo habíamos podido dejar que llegues a estar así? Sólo decidimos una cosa; salimos de la casa dejándote echado cerca a la cocina regresamos con un veterinario y no te habías movido de ese lugar, tu respiración estaba peor, el veterinario se acercó a ti y a penas te inyectó, dejaste de respirar. Dejaste de sufrir.

Miércoles 12
Ayer lloré más que cualquier otro día en mi vida, no pude dormir hasta casi las 5:30 de la mañana de hoy; al medio día escavaron en el jardín de la parte trasera de mi casa.

Siempre, siempre estarás acá, con nosotros y nosotros siempre te querremos mi Baltito bello, ahora quizás eres tan libre como el pajarito que solté, quizás ahora estés corriendo sin necesidad de correas, por miles de lugares y no dejes de correr mi perrito hermoso, corre siempre por siempre, corre mi Balto.

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