miércoles, 14 de abril de 2010

Ni Siquiera lo Sabia

Silencio…
-¿Me creerás lo que te digo?
Silencio…
-Pero ¡¿Por qué?!, Si yo lo único que he hecho es ¡amarte!
Silencio…
-Jamás lo entenderás ¿cierto?
Su mirada estaba posada sobre él… sólo lo escuchaba a lo lejos… casi no podía pensar…
Su sentido visual le anuncio que él se alejaba de su lado, se dirigía a la puerta sobre parándose un momento antes de girar la manecilla.
- ¡Te amo! ¡Díselo! ¡Vamos párate y díselo! – le reñía su voz interior
Ella seguía sentada mirando, sin apenas soportar que sus grandes ojos café se empañaran; y seguía mirando o al menos eso intentaba, con las lágrimas surcando sus mejillas.

- Sentía las sábanas sobre su cuerpo desnudo, sentía los pies de su amante suaves y calientes rozando y jugando con los suyos, los bellos de sus piernas rozando las suyas, sus manos moldeando sus muslos, sus caderas, su cintura, acariciando cada curva, cada monte de su cuerpo, sentía su barba raspar su rostro, su cuello, con el afán de que sus cuerpos se hagan uno solo.

Él giró ligeramente el rostro hacia un lado con la esperanza de encontrarla atrás de él para abrazarlo; ella vio una gota proveniente de sus grandes y grises ojos caer sobre la hombrera del polo azul que llevaba puesto.

- Su lenguas se entrelazaban con una desesperación insaciable, con un beso que poco tenía que ver con la dulzura, cuidado y delicadeza con que él acariciaba los cabellos de su frágil compañera, sosteniendo su cabeza con una de sus manos, mientras que la otra recorría en pasión la erótica línea que formaba su columna.

El resplandor de las velas que había colocado en partes de su sala podía lograr que el momento fuera más difícil que cualquier otro…
- Díselo…- repetía la voz en su mente ya casi resignada a la terquedad del cuerpo inerte de la mujer sentada en el sofá.
Giró la manecilla, una ráfaga de viento nocturno entró a la casa haciendo que las delicadas flamas de las velas comenzaran a bailar.
Sus mejillas comenzaron a helarse por las lágrimas frías al roce del viento que había entrado.

- Su sonrisa, era infinitamente gloriosa, sus dientes perfectos… sus finos labios, todos sus rasgos combinaban a la perfección, si, sobre todo esa sonrisa… mientras él la miraba tiernamente hacia abajo, ella levantaba su mano y comenzaba a pasar su dedo índice lentamente desde su frente, por su nariz, por sus labios grabándose cada poro de su piel, practicando ahora con la yema de todos sus dedos, ella lo miraba con la boca semi-abierta dejando entre ver sus dientes superiores. La sonrisa de él desapareció…
- Te amo – le dijo aún mirándola a los ojos, ella no dejaba de mirar sus labios, esos labios con los que él había pronunciado la frase que tanto ella anhelo escuchar.


Él tomó su abrigo que estaba en el mueble cerca a la puerta, donde lo había arrojado tan solo minutos antes, cuando recién llegaba; quizás había dejado esto para el final, porque no pensó siquiera en girar la manecilla de la puerta principal hasta el siguiente día…
El sonido ya casi estremecedor del tic tac del reloj era el único monólogo de la habitada, muerta y melancólica sala, esas velas que en un momento fueron para encender pasiones, ahora parecían listas para formar parte de aquel velorio.
Puso sus pies sobre el frio piso de cerámica, sus medias blancas de algodón se ponían a cada lado una de la otra, listas para cruzar tan difícil y pequeño espacio que existía entre su dueña y las manos del hombre que sólo momentos antes las habían estado acariciando.

- Miraba por la ventana… aún estaba claro… sentía los dedos de su amante dibujar cosas uniformes en su espalda… a veces le atinaba adivinando que era un corazón o su nombre, otras veces le escribía frases, según el, pero ella ya no se molestaba en adivinar era imposible así que dejaba que le diera la respuesta seguidamente del susurro de un burlón y gracioso “perdiste”, mientras ella acercaba su cuerpo más al de él sabiendo que automáticamente besaría su espalda, respirando junto a su cuello; ella sabía cada respuesta que él daría, a cada movimiento que ella hacía.

Se quedó con su abrigo en la mano, no se lo puso, no se movió; ella miró la espalda de su amante, de ese ancho que producía la reconfortante sensación que siempre estaría protegida si estaba junto a él.
Se puso de pie, aún no podía pensar, aún no podía sentir con la mente…
-¿Por qué? – articuló palabra
-Si nunca me vas a creer, nunca sabrás el porque – respondió él aún mirando hacia la puerta.
Era mi prima –
Era una arpía –
¿Dónde están ahora tus palabras de amor?-
¿Lo ves? Sigues sin creerme, mejor me largo.
Estoy embarazada-
Una ráfaga de viento más fuerte y más fría entró por la puerta semi-abierta, se apagó una de las velas del centro de mesa.
Él, giró hacia ella casi por costumbre cada vez que le daba noticias que no se esperaba, en los momentos menos precisos. Dejó caer su abrigo. Comenzó a dibujarse una hermosa sonrisa en su rostro.
Ella dio un paso atrás.
La sonrisa de él desapareció inmediatamente.
¿Por qué? ¿Por qué haces tú todo esto? ¿Por qué no puedes ser una mujer normal? ¿Por qué simplemente no me dices que me amas y que por fin vamos a ser una familia feliz? ¡¿Por qué?! ¿Por qué te cuesta tanto sonreír en los momentos más felices de mi vida? en los momentos que estoy a tu lado… ¿Por qué?, mi amor…- dijo estas últimas palabras casi inaudibles, en un susurro. Ella ladeó su cabeza enfocando su mirada en una de las velas que estaba en el suelo.
Escuchó la puerta cerrarse, cuando miró hacia el frente, el amor de su vida, había desaparecido.

Ella sabía cada respuesta de él a cada movimiento que ella hacía, a cada palabra que pronunciara, ella no sabía que él la iba a dejar.

sábado, 10 de abril de 2010

Debo Decirte Amor...

Oh amor, bebe mi esencia…
esencia que se desborda por ti,
de mí.
Bebe mis ganas,
siente mis ansias,
ansias de tenerte aquí,
conmigo,
junto a mí.

Amor, dominas mis pasiones
manejas mis emociones,
emociones,
tus pasiones,
esas sensaciones
sobre mi cuerpo,
tu cuerpo.
Te pertenezco,
Eres mi amor.

Enciende el fuego
apaga las luces,
luces de esta habitación,
déjanos solos,
nuestras siluetas,
nuestra pasión…

Amor, debo decirte,
ya no es extraño.
Que te extraño,
ya es un hecho.
Aquí, en mi lecho
con luces, sin luces
Conmigo adentro,
Solo para ti.

lunes, 5 de abril de 2010

Huacachina's friendship =)

This post is dedicated to my dear friends Abycita and Juliuz for give me a beautiful days here, there and any place where we going, love you guys =)

You know, we speak spanish, but we studied together in english class so do you understand me, isn't it? :D i wanna give you this little gift, and i hope to you like it, and for me, i hope we have many many many more days like these :D in this Huacachina's lake or anywhere.

When people talk about friendship, they finally saying that this doesn't exist, in fact today we can see any type of this situation because they are kind of people who dont appreciate you, but someday they know about it even they dont telling you, at least you know that you had, have and will have a friend in any place and now i dont talk about only real friends im talking about our spiritual friend for anybody for any religion with different names even if you dont believe it anywhere... our God.

Anyway i hear something one day, that the people who be dont your friends now is because they waiting for be someday =)

Carta

He escrito miles de hojas, gastado muchos lápices, intenté muchas formas, conjugué difíciles frases, quise pulir mis versos y sin embargo todas se reducían a algo tan simple como estas desnudas, cursis… pero puramente ciertas palabras…

Fue algo así…

Te apareces aquí sin previo aviso, tocas la puerta, y te veo a través de las ventanas de mi alma, ¡oh! eras tú y acababas de llamar a esa bendita puerta, la puerta de mi vida y de mi corazón, tanto tiempo cerrada, tanto tiempo aislada, perdida en un desierto observando sólo el oasis de la ilusión, aquel espejismo que cuando me acercaba, desaparecía; era sólo ilusión, un simple espejismo.

Ahora tú, tomaste por asalto mi vida entera, curamos nuestras almas solitarias eliminando esa máscara de vagabundos que llevábamos en nuestro mundo interno, me dejaste ser tu compañera, te dejé ser mi amor.

Me has enseñado a sentir ese calor, esas “cositas en el pecho” de las que muchos comentaban, y que ahora para mí no son sólo ilusión, ¡no más espejismos!, nunca más viviremos en ese desierto, nunca más una ilusión de oasis nos separará, no volveremos a usar las máscaras de vagabundos, seremos millonarios de amor; tendremos palacios en nuestro mundo interior y viviremos felices más allá de la eternidad…

Y si te suena muy cursi, no me importa. Esta carta no va dirigida a ti, sino a los cuatro vientos que me pidieron que les cuente como me iba hoy… no les grito, pero pude escribirles.

The Beach

First, i wanna say something, i dont speak english very well, neither write, but i would like to do something to my friends who cannot speak spanish, so i improvise my english for this, and i expect improve it in the future or now will be better =) so, i wanna start with this kind of post on my blog different than previous, i mean, i think i just wanted to upload some photos :D
anyway, i hope to upload any poetry or poem or just write something in english of course, and not only spanish or spanglish maybe? :D
i hope to you enjoy with the photos =)


One day, you wanna go to the beach...

you feel happy, you know...

then, you can see the sea


now, you wanna have fun

you run, you jump, you scream, you laugh...




you can feel so good...



at nigth, you wanna do only one thing, feel the sea again...









And now, i know the beach not belong only of my nightmares.



domingo, 4 de abril de 2010

Apagón!!

¡Oh! ¡No!… apagón; tres lapiceros a la mano y no tengo idea de cual pinta… ¡ajá! El que sigue, si… parece que éste si pinta.
Escucho el silbato del vigilante afuera, cruzando la calle, por mi casa; el sonido de uno, dos, ¡no! Tres insectos ¡zumbando cerca a mi oído! mm… apagón; un momento, creo que es toda una familia de insectos… ¡ja! Dichoso apagón…; los veo… ¡sí! ¡Los puedo ver!, todos rondando en la luz blanca que emana mi linterna, sino… ¿cómo podría escribir? Tiene que estar prendida.
Son atraídos a esa luz, ¿qué tan tentadora les parecerá? ¡Ay! ¡Me picó! mm… dichoso apagón; si claro, ¡que buen repelente he conseguido!; veneno y salvación, que particular linterna...
No quiero irme a dormir, sin embargo… ésta linterna, estos insectos y éste lapicero que no pinta, ¡me están torturando!... maldito apagón.

viernes, 2 de abril de 2010

Algo Extraño...

Abrí los ojos y vi la ola gigante que se avecinaba sobre mí, automáticamente inhalé todo el aire que pude entonces ya estaba bajo el mar, mantuve mis ojos cerrados fuertemente mientras sentía como me revolcaba contra la arena y pequeñas rocas, pasaban los segundos y no paraba, hasta que decidí salir a la superficie de pronto me di cuenta que ya no era necesario mantener mis ojos cerrados, la corriente de agua se había calmado, procedí inmediatamente a nadar hacia arriba pero cada vez se hacía más lejana mi salida, comenzaba a sentir pavor no podría contener más las respiración en unos segundos estaría perdida, entonces respiré; mire a mi alrededor y seguía bajo el mar, pero estaba respirando era como estar dentro de una esfera gigante de aire, comencé a respirar lentamente, sabía que no debía dejar que el oxígeno se acabe rápidamente, seguí intentando nadar hacia la superficie y esta vez pude llegar, sentía como si todo el peso del mar me jalara hacia atrás a medida que avanzaba hacia la orilla, mis pasos eran pesados, pero ya estaba a salvo, miré a mi alrededor había gente corriendo despavorida gritaban algo como que sólo los familiares que no hubiesen perdido más de dos miembros de su cuerpo podrían ser salvados, entonces comencé a correr con ellos, no sabía que o a quién buscaba exactamente, hasta que encontré a mi abuelita, estaba arrimada junto a un árbol casi destruido, la gente pasaba alborotada cerca de ella ni si quiera se daban cuenta de su presencia todos buscaban a los suyos, corrí hacia ella y vi que le faltaba una pierna en medio del llanto le dije que no se preocupara que ella podría ser salvada porque sólo había perdido una pierna, ella me miraba y decía que no me preocupara por ella, que corra por mi vida porque la ola volvería a levantarse, escuché las sirenas de las ambulancias, el sonido de las hélices de los helicópteros me paré inmediatamente pero mi abuela me cogió de la ropa entonces la miré y ya no era ella, era sólo pedazos del árbol destruido y mi ropa se había enganchado con una de las ramas, me desesperé mire a todos lados, ¿dónde se había ido mi abuelita? ¡Era imposible!, comencé a correr mientras chocaba con las otras personas caminando sin rumbo buscando algo que no sabían dónde estaba, entré a un edificio, al parecer era un restaurante, aún habían personas sentadas comiendo, conversando, de pronto vi al esposo de mi tía, del cual no sabíamos nada hace semanas atrás, estaba extremadamente delgado me acerqué rápidamente a él le dije que me acompañara en otra mesa el sonrió y accedió, me causaba preocupación su estado físico, en ese instante se acercó una mujer a mi lado me cogió del brazo y me arrastró hacia afuera del restaurante yo balbuceaba ciertas palabras para quedarme sabía que mi tío político iría detrás de mí, lo esperé afuera del restaurante pero él no salía entonces decidí volver a entrar, la personas seguían tal y como hace unos segundos, pero ya no lo veía a él, busqué detrás de aparadores, debajo de las mesas, inclusive levantaba ciertas tazas y platos, buscándolo estúpidamente dentro de mi desesperación, decidí salir, miraba hacia todos lados ahora ya no había nadie en las calles, caminaba y corría a la vez, se comenzaba a hacer de noche y sólo la luz de la luna llena iluminaba las calles, estaba preocupada por él, con ese estado físico no podía andar sólo, decidí poner una denuncia por su desaparición, al poco tiempo llegó un policía dándome la noticia que habían encontrado su cadáver, no supe que decir pero sentí una gran tristeza, de pronto apareció mi tía es decir su esposa, decidí darle yo misma la mala noticia, le pedí que saliéramos de aquel lugar, estábamos caminando aún por las calles iluminadas sólo por la luna y le dije sin mirarla que su esposo había fallecido, escuché su llanto entonces la tomé de la mano pero cuando lo hice sentí una mano gigante de sólo tres dedos gordos con uñas larguísimas y con una voz gruesa casi riéndose me dijo: ya lo sé.
Entonces, felizmente desperté.